Jueves 9 de agosto de 2018
Nos levantamos y nos tomamos el copioso desayuno del apartamento. Incluye mermeladas, queso, mantequilla, pan, fruta, infusión, café y 4 huevos.
Decidimos visitar la ciudadela. Como el camino se promete duro, paramos a tomar café en un elegante hotel.
Emili visita el precioso museo etnográfico, una casa otomana perfectamente restaurada mientras Serge va adelantando camino.
La dura subida viene acompañada de obras en el pavimento que aún la dificultan más.
La ciudadela parece congelada en el tiempo y se visita tras pagar 100 lekes (0.80€).
Nos tomamos unas refrescantes cervezas en el restaurante de la primera plaza.
Visitamos las maravillosas callejuelas y la impresionante iglesia que hace de museo dé iconos. Comemos en uno de los restaurantes donde nos atienden muy bien. A la salida como no tenían los postres que deseábamos nos dan una bolsa con uva y un par de melocotones.
Comenzamos la bajada a la ciudad por el otro lado, que aún resulta más largo y pesado.
Nos tomamos otras cervezas para recuperar fuerzas y cogemos el bus de vuelta al centro.
Nos quedamos tomando algo en el bar de la noche anterior y volvemos al apartamento a refugiarnos del calor. Para nuestra desgracia ha habido un corte de luz y no va el aire acondicionado. Salimos al bar de al lado a tomar más cervezas allí comprobamos que ha vuelto la luz en la zona.
Descansamos en el apartamento y salimos a cenar al restaurante del barrio cristiano con unas vistas espectaculares. La cena nos gusta al igual que el trato.
Unas copitas en el camino y a dormir.
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| Capilla de la ciudadela |
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| Museo etnográfico |
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| Calle de la ciudadela |
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| Detalle de la iglesia-museo de la ciudadela |
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| Calle de la ciudadela |





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